Un centro infantil es un espacio dedicado a la pedagogía del infante desde una edad muy temprana, lo integran al pensamiento constructivo mientras desarrollan su capacidad de interacción interpersonal, la cual crece exponencialmente. Expertos en materia de educación infantil recomiendan esta forma de enseñanza para elevar las conexiones neuronales preparándolos para los desafíos que enfrentarán en los grados siguientes.
En los primeros años de vivencia, el cerebro humano crea la mayoría de sus enlaces, aprender a caminar, hablar, transmitir lo que sentimos y elaborar aquello que imaginamos, son las herramientas que en un futuro servirán de puente para nuevas tareas con aun más grado de complejidad. Un centro infantil es una institución muy distinta a una guardería, desde sus bases estructurales académicamente hablando, hasta el trato cuidador-niño cambia y es más académico.
Estudios han demostrado que aquellos infantes que ingresan a estos centros desde muy pequeños, tienen mejores posibilidades de aprender otro idioma a parte del natal, debido a que en su psiquis la alternativa de algo nuevo no es limitada por su conexión neuronal, a cambio aceptan nuevos objetivos y se trazan metas como parte de un crecimiento progresivo. Esto influye notablemente en la memoria a largo plazo, puesto que podrá recordar mejor los eventos.
Diferencias entre una guardería y un centro de crecimiento
Lo principal es el objetivo, con la opción de guardería obtenemos solo un servicio de cuidados desde aproximadamente los doce meses de vida hasta que el niño ingrese en el primer grado de escuela básica; mientras que en un centro, el maestro encargado de impartir las actividades de desarrollo va de la mano con el cuidador, creando un enlace inmediato en la mente del pequeño, quien asimilará la información sin darse cuenta que en realidad lo está haciendo.
Sin duda alguna los beneficios de un centro infantil se manifiestan notablemente, para aquellas familias que quieran incentivar la educación de sus hijos y ofrecer herramientas a futuro, que puedan usar de forma natural, esto crea cimientos de información que luego se utiliza para optimizar la curva de aprendizaje del infante para el entendimiento de nuevas lenguas, procesos motores e interpretación neurolingüística.